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  • La Orgánica Studio

La primera foto de la historia no es la primera

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Elige el que mejor se adapte a ti y disfruta 🖤


 


 

El otro día me estaba preguntando cuál sería la primera fotografía que se ha hecho en la historia, qué se habría fotografiado y quién lo habría hecho. Ya sé que es una pregunta bastante sencilla, solo tengo que ir a google y encontrar la respuesta en cuestión de segundos. Pero es que no vengo a contarte eso. Bueno sí, pero es que te va a volar la cabeza.


Me puse a investigar y empecé a aprender un montón de cosas interesantes sobre la historia de la fotografía así que pensé “eh, esto puede ser un episodio de Movidas muy chulo”. Pero no te voy a contar esto.


Te voy a hablar sobre las fotografías que acaba de hacer el telescopio espacial James Webb y que recientemente ha publicado la Nasa porque están totalmente relacionadas con lo que te quería contarte en un principio.


Y vale, quizás para eso te hable de la historia de la fotografía pero te prometo que te va a parecer interesante. Vamos allá.



Resulta que la primera fotografía de la que se tiene constancia, que sale en todos los libros y que está expuesta en Harry Ransom Humanities Research Center en la Universidad de Texas, en Austin, no es en realidad la primera. ¿Emosido engañados? ¿O qué pasa? No, nadie nos ha mentido, te cuento lo que ocurre:


La que se cree que es la primera fotografía que existe la tomó un señor llamado Joseph Niepce en 1826, en Francia. No es una foto en papel, sino que se plasmó en una lámina hecha de estaño, zinc y plomo que se conoce como “peltre”. Para conseguir que durase en el tiempo, se recubrió con aceite de lavanda y betún de Judea, que es un tinte derivado del petróleo.


Así como ahora podemos tomar fotografías en fracciones de segundo, Niepce necesitó una exposición de 8 horas para tomar la “Vista desde la ventana en Le Gras”, que es el nombre de la obra. Es una imagen tomada desde la ventana de su casa donde se ven algunos edificios bajos y tejados. Si te fijas, verás que la luz del sol se refleja en los dos lados de los edificios; eso es por la exposición tan larga que tuvo que hacer.


La técnica que siguió fue bautizada como Heliografía y fue una primera aproximación a lo que sería la fotografía después: una imagen permanente. Antes de él, muchos lo habían intentado pero la captura se echaba a perder al contado con la luz del sol.



¿Cuál es el problema entonces con la fotografía de los tejados? Pues que, al parecer y según está recogido en los diarios de este señor, antes de hacer la famosísima foto desde su ventana, hizo otras más (no se sabe cuántas) para probar la técnica. Esas fotografías no se sabe dónde están, si se conservan o si acaso llegaron a existir aunque Niepce dijera que sí. De la que se tiene constancia es de la de los tejados pero, si sus diarios no mienten, claramente no sería la primera fotografía de la historia. El problema es que, aunque esas fotografías apareciesen ahora, no se sabría cuál es la primera.


Así que, para empezar, lo de la primera fotografía de la historia es un poco a medias pero bueno, es la primera que tenemos y, sin duda, de las primeras que se hicieron así que es importante. Pero espérate, que ahí no acaba la cosa.


Después del trabajo de Niepce, fueron llegando muchos avances en esta materia. La verdad es que el siglo XIX fue muy provechoso para la fotografía teniendo en cuenta que la primera vez que se habló de algo similar fue en la época de Aristóteles con la cámara oscura y después alguna que otra vez en la historia pero nunca con tanta importancia como en este siglo.



No quiero entretenerte con palabras raras, fechas y nombres porque si no, nos vamos a desviar del tema principal, pero te diré que durante los siglos XIX y XX nació la que es mi profesión gracias a las cabezas de un montón de señores ricos (y de alguna señora rica, pero pocas) que fueron perfeccionando la técnica desde la Heliografía de Niepce hasta el smartphone con el que le hago fotos a mis perros, la cámara sin espejo con la que trabajo y el telescopio espacial James Webb.


Digo lo de los señores ricos porque, como pasa siempre en la historia, el acceso a la educación ha estado tradicionalmente vetado para las mujeres y la gente con pocos recursos, así que era la burguesía y la gente con dinero y tiempo para investigar la que hacía los grandes descubrimientos de la historia.


Las mujeres estábamos criando hijos y, con suerte, educándonos a escondidas. Las mujeres pobres, seguro que ni eso.


Hemos pasado por técnicas que necesitaban 8 horas de exposición, tomar solo una foto y no poder hacer copias (negativos), sustancias fotosensibles que necesitaban prepararse momentos antes de hacer la foto, lo que era bastante incómodo para el fotógrafo hasta llegar a exposiciones de minutos. En 1838, de hecho, se hizo la primera fotografía en la que aparece una persona, “Boulevard du Temble de Paris” y para la que fueron necesarios 15 minutos de exposición.



Y la revolución llegó con Kodak. En 1888 lanzaron la cámara Kodak, una cámara pequeña y ligera cargada con un rollo de película de 100 exposiciones listo para usar. Esto fue un antes y un después en la fotografía, ya no hacía falta preparar las sustancias ni las placas en las que se venían plasmando las fotografías.


De hecho, no hacía falta ni que fueses profesional para poder usarla porque una vez acabado el rollo de película, enviabas la cámara a Kodak y ellos te la devolvían con otro rollo nuevo y las fotos reveladas. Ese era el mayor reclamo de Kodak, acercar el producto a cualquier tipo de público. Bueno, a cualquier tipo de público que pudiese pagar 25$ de la época por la cámara, que ahora serían unos 750$.



Cómo han ido cambiando las cámaras a lo largo de los años me parece fascinante. Cada vez se fue buscando más algo cómodo de transportar, fácil y rápido de usar. Nació el fotoperiodismo y el mundo se empezó a llenar de fotos de cualquier cosa. Al final, se había conseguido lo que se buscaba desde la antigüedad: capturar el mundo y lo que nos rodea para hacerlo eterno.


Te dejo aquí algunas imágenes de cámaras revolucionarias en la historia porque me parecen preciosas y son importantes para mí.



Gracias a la evolución de la fotografía hemos podido capturar el mundo que nos rodea. Hoy, todo lo que vemos y experimentamos puede quedar recogido para siempre en una imagen. La fotografía nos ha ayudado a comprender el planeta en el que vivimos gracias a sus aplicaciones académicas; así cómo entendernos a nosotros mismos y ayudarnos a expresar emociones a través de su faceta artística. La fotografía se ha convertido en algo fundamental en nuestras vidas y, yo al menos, no imagino un mundo sin ella.


Pero sí que existen planetas sin fotografía, claro. Hasta donde sabemos, la fotografía solo existe en la Tierra (como el chocolate, la cerveza, los perros y todas las cosas buenas de la vida). El nuevo reto de la fotografía es mostrarnos los mundos de ahí fuera, los planetas, estrellas y galaxias que solo podemos soñar con visitar. La fotografía nos acerca a todo eso y nos permite seguir conociendo mundo, muchos mundos.


Y aquí es donde entran las fotografías que ha realizado recientemente el telescopio espacial James Webb y donde damos por fin con la primera fotografía de la historia. Porque sí, la primera fotografía de la historia se ha hecho este año, en 2022. La primera fotografía de la historia no es “Vista desde la ventana en Le Gras” ni ninguna de las pruebas anteriores. Es una foto hecha al espacio profundo.



¿Por qué? Bueno, seguro que ya lo has averiguado tú sola pero déjame que lo explique y así me recreo un poquito en mi investigación por google.


Cuando miramos algo que está lejos como las estrellas en el cielo, por ejemplo, la luz que nos llega no lo hace de forma inmediata. La luz viaja a la velocidad de la luz (evidentemente), que son 300.000 metros/segundo. Esto significa que las estrellas que nosotros vemos cuando miramos al cielo nocturno, en verdad no están así en el momento presente. Lo que estamos viendo es una “imagen antigua” de ellas, su pasado.


Por ejemplo, cuando miramos la Luna, realmente estamos viendo una imagen de la Luna de hace 1,3 segundos, no la Luna “actual". Cuando miramos al Sol, realmente vemos el Sol de hace 8,3 minutos. La estrella más cercana a la Tierra después del Sol es Proxima Centauri, que se encuentra a 4,2 años-luz. Si miramos Próxima Centauri a través de un telescopio, veremos su estado hace 4,2 años.


Recuerdo que en el colegio nos decían que cuando mirábamos las estrellas en el cielo, en verdad estábamos viendo cadáveres porque algunas eran tan lejanas que cuando su luz nos llegaba, era probable que ya hubiesen muerto. Es un concepto muy interesante y algo traumático, la combinación perfecta para que un niño lo recuerde hasta que se muera (como las estrellas).


Teniendo todo esto en cuenta y retomando las imágenes del telescopio Webb, nos encontramos con una de ellas, una muy especial. Se trata de la fotografía más profunda y nítida del Universo distante que tenemos hasta la fecha. Es una fotografía en la que se ven galaxias tal y como eran hace 4.600 millones de años, más o menos cuando el Sol y el sistema solar comenzaban a formarse.



Esta imagen es anterior a nosotros, a nuestro planeta, a nuestro Sol y, por supuesto a nuestras cámaras. Esta imagen muestra el universo cuando no había nadie para mirarlo, cuando no existía nada de nuestro mundo. Antes de cualquier técnica revolucionaria de fotografía, antes de “Vista desde la ventana en Le Gras”, antes de absolutamente todo. ¡Es la primera fotografía de la historia!


Es la primera pero es una de las últimas que se han hecho, me encanta esta idea. Es como que ha dado la vuelta. Gracias a los avances del presente podemos ver el pasado, esto siempre ha sido así. Pero es que esta vez estamos mirando el más máximo pasado que hemos visto jamás. ¡Dime que esto no es fascinante!


Pero espérate, que aún queda algo más. Si esta imagen y lo que supone nos parece impresionante, en realidad estamos solo arañando la superficie de lo que podemos llegar a descubrir. El telescopio Webb ha fotografiado estas galaxias a 4.600 millones de años luz pero es capaz de llegar hasta los 13.500 millones de años luz. O sea, se vienen cositas.


Te dije que te iba a sorprender y espero haberlo conseguido. Esta historia era sobre la primera foto que existe y, según lo mires, la respuesta puede variar mucho. Por supuesto, la historia es la que es y la evolución de la fotografía es impresionante. De dónde partimos y hasta dónde hemos llegado, las cosas que podemos hacer ahora y que hace un siglo no eran ni imaginables…


Pero fotografiar el universo antes de que existiésemos, es otra cosa. Y a la vez, es lo mismo porque estas imágenes de galaxias tan lejanas no habrían sido posibles si, en 1826, Joseph Niepce no se hubiese puesto a intentar fotografiar los tejados de su calle. Ni sería posible sin que existiese la cámara oscura que construyó Aristóteles. Es que la línea de la historia es larguísima y está interconectada. Cada gran avance se ha podido lograr gracias a muchos otros pequeños pasos previos que quizás parecía que no llevaban a ningún lado.


Cada pasito cuenta, cada experimento es importante, todo es aprendizaje y todo forma parte de la historia. Y chica, ya está. No quiero acabar este post en un tono demasiado filosófico-motivador pero ¡que salgas a hacer cosas! Que pruebes eso que te da miedo pero que te mueres de ganas de hacer. Que nunca sabes dónde te (nos) va a llevar porque la historia la vamos escribiendo nosotras y podemos hacer una bien chula.



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