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La Orgánica Studio

¿Existen los perros malos?

A menudo escucho eso de "mi perro es muy bueno" y siempre me provoca un pequeño tic en el ojo porque ¿qué es un perro bueno? ¿es que existen los perros malos, entonces? ¿quién decide qué perro es bueno y cuál es malo?


Vamos a dejar clara una cosa que parece muy evidente pero que, claramente, se nos está olvidando: los perros son perros, no personas. Las personas puede ser mezquinas, deshonestas, traicioneras, vengativas, mentirosas y desleales. Los perros, son perros.


Hocico de perro bajo una manta

Los perros no nos quieren molestar al hacer pis en la alfombra, ni cuando sacan la tierra de las macetas, ni cuando escarban en el cubo de la basura. Los perros no son vengativos ni nos guardan rencor cuando hacemos algo que no les gusta. Los perros no sienten arrepentimiento cuando les regañamos por hacer alguna "travesura". Evidentemente, tampoco hacen travesuras para molestarnos. No saben lo que es una travesura.


Los perros simplemente viven la vida, se relacionan con el entorno de la mejor manera que saben y procuran disfrutar a cada momento. ¿Tú te crees que en la apretada agenda de disfrute vital de tu perro hay espacio para molestarte a ti en una venganza super cuidada que consiste en revolcarse en barro para que tengas que bañarle?


No. Tu perro, posiblemente, se revolcó en el barro porque quiso hacerlo y pudo hacerlo. Quizás para coger ese aroma, quizás para refrescarse, quizás porque es divertido... Pero nunca para que tú tengas que perder tiempo dándole un baño.


Los perros hacen cosas de perros y los humanos creen que toda la naturaleza se comporta o debería comportarse como humanos. Si se construye una autovía que pasa por el lecho de un río y hace falta desviar el caudal, se hace. Y si años más tarde, esa autovía sufre una inundación porque el río ha vuelto a su cauce original, nos enfadamos y alarmamos porque "¿cómo pueden pasar estas cosas?.


Bueno, Jose Luis, cariño, pues pasan porque estamos intentando modelar el mundo a nuestra imagen y basándonos en nuestros caprichos y las cosas no funcionan así. A ver si vamos viendo ya las señales que están más que claras.


Los perros, al igual que el resto de animales no humanos, se comportan como lo que son. Lo raro sería que se comportasen como tú, José Luis, mi vida. Que fuesen a trabajar de 9 a 17h y cenasen ensalada verde mientras ven las noticias porque les gusta cenar ligero que si no tienen pesadillas. Eso sería muy raro, ¿verdad?


Los perros no pueden ser buenos o malos, sino que son buenos o malos según nuestra percepción humana de lo que deberían ser.



Pero entonces ¿qué es un perro bueno para nosotros?


Pues lo que ocurre aquí es bastante triste porque a menudo un perro bueno es un perro silenciado. Los humanos, en nuestra tendencia a humanizarlo todo, esperamos que los animales no molesten, estén siempre sidponibles para nosotros y no nos den problemas. Por eso, se suele identificar a un perro que nunca ladra, que no se mancha ni provoca alboroto como un perro bueno.


Y no, ese perro no es ni bueno ni malo. Ese perro no está siendo escuchado por su familia. Quizás le han regañado siempre que ladraba porque algo le preocupaba, o le han impedido acercarse a los charcos para que no se manchara acortándole la correa, o le han dado un cachete cuando se ha puesto a jugar con un juguete por casa y a hacer ruido.


Esos perros ignorados y silenciados se van apagando poco a poco y van dejando de ser perros para transformarse en lo que la sociedad espera que sea un perro y que, a menudo, es más bien un peluche inanimado. Este tema me da mucha tristeza.


¿Has visto la película "Todos los perros van al cielo"? Si no, no pasa nada. Lo importante aquí es el título porque para nosotros, los humanos, ir al cielo está reservado para quienes han sido buenos en su vida (esto también depende de las creencias de cada uno pero en la cultura general está muy aceptada esta versión y la vamos a adoptar, que adoptar es algo muy bueno).


Yo creo que, si resulta que es verdad lo del cielo reservado a quienes han hecho el bien, los perros tienen una zona vip reservada allí. Porque me cuesta imaginarme a seres más puros que los perros, más llenos de alegría y desprovistos de maldad.


Los perros son todo lo que está bien en el mundo y deberíamos aprender más de ellos.

Dos galgos durmiendo juntos en el sofá

Deberíamos aprender de sus pocas preocupaciones, de la importancia que le dan al descanso, de su optimismo. Deberíamos aprender a vivir más despacio, como viven ellos, a priorizar lo que de verdad es importante y ver el mundo a través de sus ojos curiosos. Porque para los perros, todos los días son buenos días y todas las mañanas son un nuevo comienzo para una aventura inesperada. No puedo entender que alguien vea maldad en seres tan maravillosos.


Pero, si al final del todo, resulta que lo del cielo y el infierno es verdad (imaginemos) y los perros no pueden ir al cielo porque no son humanos o necesitan un carnet especial o algo así, yo lo tengo claro: a mí que me lleven a donde los lleven a ellos. Un cielo sin perros no puede ser un cielo.





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