Y más importante aún: ¿es que existe la no respetuosa?
Pues sí, lo creas o no, la fotografía de animales que no tiene en cuenta su bienestar durante la sesión existe. Y lo peor es que es la más habitual. Te cuento:
En los últimos años estamos viendo cada vez más profesionales del mundo animal que tratan de seguir metodologías que respeten a los animales. La empatía hacia los animales es cada vez mayor y, como es de esperar, el deseo de que nuestros compañeros de cuatro patas tengan mejor calidad de vida.
Educación canina amable, alimentación natural, herramientas como arneses y correas que se adaptan a su morfología y necesidades, servicios veterinarios que intentan que la experiencia en consulta sea lo más llevadera posible para sus pacientes... los animales (y aquí hablaremos sobre todo de perros) comienzan a ser escuchados por los humanos ¡y ya era hora!
Es de sentido común que la fotografía que se ha hecho toda la vida evolucione también teniendo más en cuenta la salud emocional de los animales que se plantan delante del objetivo pero... no siempre es así. De hecho, lamentablemente, ha evolucionado muy poco.
Aún a día de hoy, la mayoría de fotografías que se hacen a perros/gatos/animales con los que compartimos nuestras vidas siguen una metodología de ética dudosa. Solo tenemos que echar un rápido vistazo a redes sociales como instagram donde abundan las fotografías de perros incómodos, gatos disfrazados... animales que no están siendo escuchados para conseguir, egoístamente, una foto que recaude la mayor cantidad de likes posible.
Porque los seres humanos a veces somos así de básicos: vemos algo gracioso y no pensamos en cómo se ha hecho, humanizamos todo lo que vemos y lo damos por válido porque para nosotros no conlleva nada negativo. Pero, ¿y para los animales?
Vemos a un perro con gafas de sol y no pensamos en lo incómodo que habrá sido para el animal el no entender por qué su humano le pone algo tan molesto en la cara.
Vemos a otro perro relamiéndose continuamente, mirando de reojo o jadeando con la cara tensa y no vemos lo silenciado que está ese animal.
No entendemos que está comunicándose, diciendo que no quiere seguir haciendo lo que están haciendo y nadie, absolutamente nadie, le está entendiendo.
Los animales que viven con nosotros se comunican todo el tiempo, solo tenemos que querer escucharles
Y es triste, es muy triste, pero ¿quieres saber algo aún más triste? Que muchas veces no es cuestion de no entender, sino de no querer entender. Porque si entendíeramos como se sienten los animales que fotografiamos, deberíamos dejar de hacer lo que hacemos. Deberíamos dejar de tomar esas fotografías tan instagrameables y que tan virales se vuelven. Tendríamos que optar por un estilo de trabajo más respetuoso con los animales, pero también más lento y limitante.
Y hay personas muy egoistas (muchas de ellas dedicándose profesionalmente al mundo de la fotografía animal) que tienen la información, saben que sus prácticas son abusivas con los animales y que existe una forma más amable de hacer su trabajo, pero se niegan a cambiar.
Primero porque plantearse que quizás lleven haciendo algo poco ético toda la vida no es un pensamiento cómodo. Y segundo (y más importante) porque están ganando dinero haciendo lo que hacen y el dinero nos gusta a todos. "Afortunadamente" para sus negocios, están llegando a clientes que, pese a querer mucho a sus animales, no saben entenderles ni ven nada malo en esas fotografías incómodas.
¿Y cómo es entonces la fotografía respetuosa? ¿Qué la diferencia de la NO respetuosa?
La fotografía respetuosa o amable con animales tiene como prioridad el bienestar del animal, su salud (tanto física como emocional) y atiende en todo momento a sus necesidades. Es una fotografía más lenta, más calmada, que respeta el espacio de los animales y sus tiempos. No busca humanizar a los animales, sino fotografiarles como son, en su esencia para que la experiencia de la sesión sea positiva para todos los que participan.
La fotografía respetuosa con animales es fotografía ética
Este tipo de fotografía escucha y comprende la comunicación del animal durante la sesión de igual manera que lo hace con humanos. El fotógrafo que hace fotografía respetuosa sabe que los animales no son peluches que podemos manipular a nuestro antojo y que hay que conocer y respetar su naturaleza.
Si quieres saber más sobre cómo es una sesión de fotos respetuosa con animales, puedes escribirme aquí y te cuento.
Como te decía al principio, la sociedad cada vez es más empática con los animales, más aún con los que son su propia familia y la tendencia es clara: si nos preocupa el bienestar de nuestros animales, debemos velar por su salud emocional y procurar que su vida (que depende de nosotros) sea lo más feliz posible. Y eso pasa por respetarles, escucharles y comprenderles.
La fotografía respetuosa con animales debería llamarse "fotografía con animales" y que no hiciese falta detallar que se respeta su bienestar pero, tristemente, de momento hay que recalcarlo aunque cada vez son más los fotógrafos que la realizan.
Hasta que sea una práctica habitual, seguiremos concienciando sobre la necesidad de hacer fotografía respetuosa y animaremos a quienes no quieran hacerla así a que fotografíen mejor algo inanimado que no sienta dolor. La geología es una rama preciosa, por ejemplo.
La fotografía con animales será respetuosa o no será.
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