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  • La Orgánica Studio

La historia detrás de los besos más famosos en fotografías

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Hay fotografías de besos en la historia que conocemos. Besos famosos que marcaron un antes y un después o que tuvieron una gran repercusión. Estoy segura de que ahora mismo se te vienen algunos a la mente pero...


¿Alguna vez te has preguntado cuál es la historia detrás de esos besos? Yo sí y me he sumergido en google para traerte lo que hay detrás, el cómo se hizo y el por qué de 5 de estas fotos tan famosas de besos. Te prometo que son historias super interesantes:



Esta imagen muestra el primer beso como recién casados en el que fue el primer matrimonio legal entre personas del mismo sexo del mundo. Ocurrió en Dinamarca, que fue el primer país del planeta en legalizar el matrimonio igualitario y sus protagonistas fueron Axel y Eigil.


Axel y Eigil estuvieron juntos 40 años hasta que pudieron formalizar legalmente su unión el 1 de octubre de 1989 en Copenhague.


Durante sus años de vida realizaron una importantísima labor como activistas por los derechos de las personas LGTB y trabajaron duro para llevar su lucha lo más lejos posible.


Fundaron la primera organización gay de los países nórdicos y una revista enfocada a la comunidad LGTB llamada "Vennen" (el amigo). Su lucha se centró en su organización, que buscaba la defensa y reivindicación de los derechos de las personas LGTB, llamada "Kredsen af 1948" (Círculo de 1948). Al año siguiente, cambió de nombre a "Forbundet af 1948" (Asociación de 1948 o, simplemente, F-48). Tan solo 3 años después de su creación, la organización ya contaba con más de 1300 miembros en Dinamarca, Suecia y Noruega.


Axel y Eigil también montaron una empresa de fotografía y una agencia de modelos enfocadas en la comunidad LGTB.



En 1989 se convirtieron en el primer matrimonio homosexual en el primer país del mundo donde se legalizó. Axel y Eigil fabricaron un apellido común tras el enlace juntando sus nombres y así pasaron a llamarse Axel y Eigil Axgil.


La suya fue una vida de lucha y reivindicación por los derechos humanos y esta foto de este beso es algo simbólico de lo que consiguieron y lo que dejaron para todas las personas que llegaron después. Es una foto muy especial.


 


Este beso, aunque también está protagonizado por hombres, es un beso muy distinto al anterior porque aquí no hay absolutamente nada de amor. La historia detrás de este mítico beso que dio la vuelta al mundo nos lleva a 1979, cuando se cumplían 30 años de la República Democrática Alemana (RDA).


Sus protagonistas son el líder soviético Leonid Brézhnez y el presidente de la RDA, Erich Honecher, dos personas muy poderosas en el mundo en aquel momento que se necesitaban mutuamente. Y es que el beso que vemos en esta imagen y que no tiene nada de romántico fue, en realidad, un acuerdo político para colaborar juntos.


Pero, ¿por qué un beso en la boca? Bueno, por aquel entonces era tradición en Rusia mostrar fraternidad y camaradería en pactos o encuentros de esa manera. De hecho, eran 3 besos: uno por mejilla y el tercero en los labios. Se decía que, dentro de esta tradición del momento, a Brézhnev le resultaba especialmente apropiado besar en la boca y había muchos chistes alrededor de su faceta besucona.


Este beso se inmortalizó en una fotografía y recorrió el planeta pero seguramente tú donde lo hayas visto sea plasmado en un mural. ¿Dónde? En la East Side Gallery de Berlín.



Cuando el muro cayó en 1989 se mandó llamar a diferentes artistas del mundo para crear obras artísticas en la que es la extensión de muro más larga que se conserva en pie y que se convirtió en la mayor galería de arte al aire libre, la East Side Gallery.


Uno de esos artistas fue Dimitri Vrubel, que plasmó ese beso en una sección de muro como una especie de justicia poética: Henecker fue uno de los responsables de la planificación y construcción de aquel terrible muro que destrozó tantas vidas y, ahora, su cara y su beso lo decoran para celebrar la libertad que no se tuvo en esos años. Alrededor del beso, Dimitri escribió: "Dios, ayúdame a sobrevivir a este amor tan letal" en alemán y en ruso.


Lamentablemente, la obra original se destrozó y, en 2009, Dimitri tuvo que rehacerla. Es esa la obra que se conserva a día de hoy y que se puede visitar en la galería.


 


"El beso en el Hotel de Ville" es el título de esta famosa fotografía y muestra a una pareja besándose en la calle, frente al Hotel de Ville de París. Es una fotografía muy querida, muy apreciada por expertos y, aparentemente, muy romántica. Pero no, la realidad es que es un montaje.


En 1950, tras la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos había puesto en marcha el "Plan Marshall" con el que pretendía ayudar a Europa a recuperarse de los estragos de la guerra. ¿Y qué pasa cuando inviertes tu dinero y esfuerzo en ayudar? Pues que quieres un poquito de reconocimiento, ¿no?


Por eso, para mostrar que su ayuda estaba siendo útil, la revista Life Magazine preparó un artículo en el que mostrar que la vida estaba volviendo a una normalidad previa a la guerra en Francia.


Por eso, la agencia de fotografía Rapho, contrató al fotógrafo parisino Robert Doisneau como gran experto en las calles de la ciudad para retratar el amor por París. Doisneau realizaba fotografías muy naturales, espontáneas, con una gran carga emocional y llenas de historias. Sin embargo, este trabajo era urgente y no disponía del tiempo necesario como para capturar a parejas besándose en la calle de forma natural. También, hablamos de los años 50, donde las muestras públicas de afecto de este tipo no estaban tan normalizadas.


Fue por esto que, aunque fuese en contra de su estilo fotográfico natural, decidió contratar a actores para hacer las fotografías del encargo. La revista quedó satisfecha y publicó varias de estas imágenes.



El tema vino años más tarde cuando, en 1986, un editor decidió publicar esta fotografía, la del Hotel de Ville (o más bien un recorte de la foto original) y hacer un cartel con ella. Se volvió viral. Se hicieron calendarios, postales y pósteres con esa imagen. Recorrió países como un símbolo del amor en los años 50, el amor en la posguerra, el amor en París. Nadie hasta ese momento sabía que la imagen no contaba una historia de amor real.


Al hacerse la foto tan famosa, empezaron a surgir muchas personas identificándose como las protagonistas de la imagen y a reclamar sus derechos sobre ella (vaya, a intentar pillar un pellizco de pasta). Algunas de estas personas demandaron a Doisneau y, en 1993 a sus 81 años de edad, tuvo que revelar quienes eran los modelos contratados para la imagen a la vez que aclaró que no se trataba de un beso furtivo sino de algo planificado.


Los modelos resultaron ser Francoise Delbart y Jacques Carteaud, a los que había contratado unos días antes de hacer la foto cerca de una escuela en la que estudiaban interpretación. Francoise, entonces, decidió demandar al fotógrafo alegando que esto era mentira y que les había fotografiado sin su permiso.


Afortunadamente, Doisneau regaló a la pareja en su momento una copia de la foto firmada y eso bastó como prueba en el juicio para demostrar que existía un acuerdo entre todas las partes para crear esta fotografía. Francoise vendió posteriormente esta copia en una subasta por 150.000€.



La historia de esta fotografía me da muchísima pena porque, siendo Doisneau un fotógrafo excelente capaz de capturar la belleza en los momentos cotidianos y la naturalidad por encima de todo, su fama llegó con una imagen preparada, ficticia. Él mismo dijo que era una imagen que no le representaba pues estaba vacía de historia y era comercial.


No obstante, es innegable que la foto es preciosa y que, aunque no cuente ninguna historia real, sí cuenta una y yo personalmente disfruto tanto mirándola que hasta me quiero creer la historia de mentira que cuenta.


 


Siguiendo con la temática de la posguerra, vamos con una de las fotografías más famosas de la historia: el beso entre el marinero y la enfermera en Times Square.


La guerra había acabado y todo el mundo había salido a la calle a celebrarlo. La gente estaba feliz, aliviada y con esperanza. Se respiraba alegría. Un marinero iba por la calle celebrando como cualquier otra persona más pero con la particularidad de que, a su paso, iba besando chicas. A cualquier chica que se cruzase, él le plantaba un beso. Se cruzó en un momento dado con una enfermera, la agarró y la besó. En ese momento, se hizo una foto (bueno, en realidad varias, ahora os cuento).


Este es el testimonio de Alfred Eisenstaedt, el fotógrafo de esta famosa imagen y así recuerda él vivir ese momento. Realizó cuatro fotografías siendo, según su criterio, la segunda la "buena" y la que pasaría a la historia como la imagen del fin de la Segunda Guerra Mundial.



La fotografía se publicó esa misma semana en a revista Life Magazine pero no fue la única imagen de ese famoso momento. El fotógrafo Victor Jorgensen también se encontraba en ese lugar y presenció la misma escena, solo que desde una perspectiva un poco más lateral. Capturó el momento con su cámara en una imagen similar a la de Eisenstaedt pero sin Times Square al fondo. Su fotografía se publicó en el New York Times al día siguiente bajo el título "Kissing the War Goodbye".



Durante muchos años se desconoció la identidad del marinero y la enfermera y fueron muchas las personas que se apropiaron de esas identidades (igual que con la foto del Beso en el Hotel de Ville). Para aclarar las cosas, a Eisenstaedt se le ocurrió comenzar una campaña para identificarles. Comprobando la fisionomía y las facciones (sobre todo del marinero, ya que a la enfermera no se le ve la cara) se pudo determinar quienes eran.



Al parecer, el marinero era George Mendosa, un hombre que se encontraba en el cine con su pareja cuando empezó a escuchar el alboroto de la noticia del fin de la guerra. Salió a la calle como todo el mundo a celebrarlo y fue entonces cuando se cruzó con la enfermera, Greta Zimmer Friedman.


La cita de Mendosa a la que dejó en el cine dijo entonces que no creía que ese beso hubiese sido romántico y que no le importaba en absoluto porque entendía el momento que se estaba viviendo. De hecho, tiempo después se casaron.


Por su parte, Greta alegó que tras ese beso no había amor sino una expresión de felicidad máxima que George contagió a todos aquel día.


 


Y vamos con la última de esta recopilación de fotografías famosas de besos: "El beso de la vida".


Esta imagen la tomó en 1967, en Jacsonville, Florida, el fotógrafo Rocco Morabito. Trabajaba para el periódico Jacksonville Journal y conducía por una zona de la ciudad cuando se detuvo a fotografiar a los trabajadores de la compañía eláctrica mientras trabajaban. Llegó en el momento justo para presenciar cómo uno de los trabajadores, encaramado a lo alto de un poste, perdía el conocimiento y quedaba colgado de su arnés de seguridad.


Se trataba de Randall G. Champion y parece ser que tocó por accidente un cable de alta tensión y quedó inconsciente. Otro trabajador, J.D. Thompson, subió rápidamente al poste para socorrer a su compañero. Al encontrárselo con un hilo de vida, decidió realizarle allí mismo la reanimación cardiopulmonar porque pensó que si le bajaba al suelo, correrían el riesgo de que fuese demasiado tarde.


Mientras le reanimaba y le hacía el boca a boca, Morabito tomó varias fotografías del cuerpo inmóvil de Champion colgando del poste mientras Thompson le "besaba". De ahí el título, "el beso de la vida", ya que gracias a aquella maniobra, Thompson recuperó el pulso, pudieron bajarle y atenderle adecuadamente para salvarle la vida.



Pese a no tratarse de un beso de amor, ni de un beso siquiera, sí que fue un acto de amor de alguna manera. Fue un acto de valentía de Thompson que no dudó en salvar la vida a su compañero mediante un beso heróico.


Esta imagen tan impactante y con una historia tan fuerte le dio a Rocco Morabito el premio Pulitzer de fotografía en 1968.


Champion se recuperó y mantuvo con Thompson una relación de amistad hasta que falleció en 2002 a la edad de 64 años. Morabito tambien falleció ya, en 2009, tras una larga carrera fotográfica. Sin embargo, Thompson sigue vivo y con él, esta historia.


 

En este post os he hablado de besos de amor, de besos políticos, de besos que no son besos... pero lo que todos tienen en común es que tienen historias detrás. Todas estas fotografías no se hicieron famosas por sí mismas, sino por las historias que cuentan. Capturar el momento justo en el sitio justo para contar la historia justa, ese es el poder que tiene la fotografía y de lo que os quería hablar hoy.



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